Con la llegada del buen tiempo, como hemos dicho en otras ocasiones, comenzamos a descubrir partes de nuestro cuerpo que durante todo el invierno han permanecido ocultas. Una de esas partes son los pies y hoy hablaremos del cuidado de los pies cara al verano.
Aunque parezca mentira hay personas que no prestan ninguna atención a sus pies y al cuidado de los mismos sin embargo tanto desde el punto de vista de la salud como desde el de la estética, es fundamental prestarle los cuidados adecuados.
Partimos de la idea de que la mayoría de nosotros, queramos o no, terminamos maltratando nuestros pies a diario, ya sea con calzado inadecuado, con tacones demasiado altos o sometiéndoles a largos días de trabajo sin ningún descanso.
El primero de los consejos que podemos seguir para el cuidado de los pies de cara al verano tiene que ver con una actividad tan del día a día como es el lavado de los mismos, y es que la limpieza diaria, realizada de forma conveniente, proporciona muchos beneficios.
Como podemos imaginar a través del lavado conseguimos eliminar de nuestros pies los rastros del sudor que favorece la aparición del mal olor, para que estos lavados tengan mayor eficacia conviene realizarlos con agua fría, especialmente en verano.
Otro de los aspectos al que debemos prestar atención es al secado de los mismos tras el lavado. En ocasiones realizamos esa tarea de forma rápida y no secamos de forma adecuada, con lo que estamos favoreciendo la aparición de grietas y hongos.
Además de lavarlos, también podemos sumergir los pies en agua y sal durante quince minutos. Esta opción, dentro del cuidado de los pies cara al verano, es muy clásica y viene transmistiéndose a lo largo de los años como forma de descansar nuestros pies.
Si a este baño le añadimos algun tipo de pastilla efervescente o de aciete especial, como puede ser el aceite de romero o de lavanda, conseguiremos, además de dar descanso a nuestros pies, aportarle otras cualidades como prevenir el sudor o rebajar la hinchazón.
Al igual que ocurre con el resto de zonas de nuestro cuerpo, no podemos dejar fuera a nuestros pies de la rutina de exfoliación. Pocas zonas de nuestro cuerpo van a agradecer tanto una rutina exfoliadora como los pies.
La eliminación de las células muertas así como la prevención de la aparición de durezas son características suficientes para hacernos ver la importancia de realizar una exfoliación en los pies, bien sea con cremas específicas o a través de exfoliantes caseros.
La lima o la piedra pomez son dos de los elementos a los que deberemos recurrir en nuestro cuidado de los pies cara al verano. Con la aplicación de ambos vamos a reducir las durezas tanto de la planta de los pies como de las uñas.
Por último, una vez hayamos realizado el tratamiento de cuidado de nuestros pies y como parte del mismo, debemos realizar un buen masaje sobre los mismos. Este masaje servirá para reactivar la circulación, aplicaremos este masaje también a los dedos.