Las cajas plásticas o de madera utilizadas para almacenar y transportar frutas pueden convertirse en un mueble lleno de encanto para tu hogar.
Es posible transformar la caja en una estantería para tus libros o revistas favoritas, así como una mesa auxiliar para tu salón. ¡O ambas cosas!
El objeto quedará aun más encantador si aprovechas las patas de una cadera antigua para fabricar el mueble. Para hacerlo, necesitarás una caja de frutas (normalmente encuentras estas cajas por las calles, tiradas a la basura), 4 patas de silla (puedes coprar en una tienda de bricolaje o conseguir unas patas de muebles antiguos que darán aun más personalidad a tu estantería), 4 tuercas y , 1 tapa de madera de 6mm de grosor, 4 soportes de plástico para estanterías, 4 tornillos pequeños, 1 sierra.
Mida las dimensiones de la caja y pida a un carpintero que te haga una tapa de madera con bordes arredondeados y sobra de 1,5 cm del contorno de la caja. La tapa cubrirá la caja y mantener la estructura aunque pongas peso encima.
Con una sierra, corta una de las laterales de la caja, esta será la apertura de tu estantería donde guardarás tus libros u objetos. Con la ayuda de las tuercas, prenda las patas en los cantos inferiores de tu estantería.
Gira la tapa de madera, apoya la caja sobre él con las patas para arriba y traza con el lápiz un contorno para saber dónde colocar los soportes de la estantería que irán fijar la tapa sobre la caja e impedir que deslice.
Ya tienes tu nueva estantería. Es una idea genial para dar vida a aquel rincón triste y sin vida de tu casa. Además, es un excelente pasatiempo dedicar unas horillas para cuidar tu hogar y da tu toque personal y muy retro a tu vivienda.