¿Eres de aquellas mujeres que ceden ante todo y siempre están dispuestas a dejar de lado sus propios intereses por complacer los de los demás? Entonces, el siguiente artículo es para ti.
Está muy bien que no sólo pensemos en nosotros mismos y que consideremos al otro y a sus necesidades, pero ¿qué pasa cuando esto se transforma en algo muy recurrente y pasamos a desplazar nuestro propio derecho a hacer y decir lo que nos parece? Es aquí cuando existe un problema.
Las personas que comúnmente suelen posponerse a sí mismas por complacer los deseos y objetivos de los demás, caen en el riesgo de vivir grandes frustraciones y sentimientos de rabia e insatisfacción, al ver cómo sus intensiones y deseos son pasados por alto por satisfacer los de los otros.
Estas personas normalmente están dispuestas a dar lo que sea porque sus relaciones afectivas funcionen y perduren, y por eso prefieren sacrificarse a sí mismos por complacer al otro. No obstante, esto no habla de alguien muy altruista o preocupado por los demás, sino que más bien de alguien que teme lo que pueda pasar si pone sus propios intereses y bienestar antes de los de quienes le rodean.
El tender a obedecer siempre al otro y privilegiar sus deseos por sobre los nuestros podría estar dando cuenta de que no nos encontramos lo suficientemente seguros de nosotros mismos como para asumir las consecuencias que puede traer el hacer respetar nuestra voluntad. ¿A qué le tenemos miedo? ¿a ser rechazados? ¿a quedarnos solos? Pero, ¿qué pasa con el respeto por mí mismo y por lo que yo deseo? Si nosotros no somos capaces de respetarnos y hacer valer lo que pensamos y queremos, los otros menos lo harán. Y por lo demás, sería importante reflexionar sobre si esos miedos son algo real, producto de alguna experiencia anterior por ejemplo, o bien, son más producto de nuestra imaginación.
Además, el auto desplazarnos todo el tiempo finalmente genera que no podamos sentirnos satisfechos ni felices con nadie, ya que siempre estaremos sintiendo que esa persona nos quita algo o no nos permite tener lo que queremos, cuando sin embargo somos nosotros mismos quienes no nos estamos dando ese permiso.
Es hora de que comiences a pensar en ti misma, en lo que te gusta, en lo que deseas, en lo que quieres hacer y en lo que no. Basta de dejarte de lado, debes empezar a quererte más a ti misma y a respetarte. Verás cómo así comenzarás a sentirte más plena en tus relaciones y andarás más contenta y conforme por la vida.
Aprende a decir no, atrévete a exigir y comienza a perseguir tus objetivos. Empieza primero con cosas pequeñas y cotidianas, para luego seguir con otras más importantes. Desafíate a ti misma y proponte cada día evolucionar un poco más en tu desarrollo personal.
Karina Husak, Psicóloga
Fuente:http://www.pretenciosas.com/psicologia/la-importancia-de-hacernos-valer.htm