Los cosméticos ecológicos son aquellos que reúnen la particularidad de haber sido elaborados de forma respetuosa con el medio ambiente y, además, se caracterizan por no contener sustancias irritantes ni tóxicas.
Normalmente este tipo de cosméticos se venden en tiendas especializadas aunque también podemos encontrarlos en otros comercios más grandes. Su apuesta por el respeto al medio ambiente y la salud hace que debamos prevenirnos para evitar posibles fraudes.
Y estos fraudes son posibles, principalmente, por la diversidad de etiquetas y complicada nomenclatura que podemos encontrar en la mayoría de productos cosméticos y que hacen que algunos fabricantes denominen como ecológicos productos que no lo son.
Así pues, nuestra primera misión si nuestra conciencia medioambiental nos lleva a recurrir a este tipo de productos, será ser capaces de distinguir entre cosméticos ecológicos y aquellos que no lo son.
Los cosméticos que podemos denominar como ecológicos y completamente naturales, son aquellos que tienen como ingredientes mayoritarios a productos de origen vegetal con una base de aceites vegetales.
A estos productos de origen vegetal y a la base de aceites vegetales, se le unen una serie de extractos de plantes cuya función principal es la de regenerar la propia piel, uniendo así el concepto salud al estético.
Es, por tanto, la ausencia de conservantes, colorantes, fragancias de síntesis, parafinas u otros productos derivados del petróleo lo que aporta a este tipo de productos la denominación de cosméticos ecológicos.
Además estos productos también se caracterizan por no contener materias primas derivadas de animales que hayan sido sacrificados, del mismo modo que tampoco realizan pruebas del producto sobre animales.
Este último aspecto sirve para asegurar la eficacia y la tolerancia del ser humano al producto, ya que para realizar las necesarias pruebas se cuenta con la colaboración de personas voluntarias.
Uno de los problemas a los que nos encontramos con respecto a los cosméticos ecológicos, es que no existe actualmente en Europa una normativa que permita establecer que productos cumplen los requisitos mínimos para ser denominados de tal forma.
No obstante si tenemos unas características mínimas que se deberían cumplir y entre las que encontramos que debe poseer un porcentaje mínimo de ingredientes de origen biológico certificado que puede llegar hasta el 90% del peso seco del producto.
También existe un listado negativo de ingredientes no permitidos que incluye todos aquellos de síntesis química que dan más problemas. Este listado está continuamente abierto a incorporar nuevos productos, ya que el mercado cosmético avanza con mucha rapidez.