Los niños y adolescentes españoles se han ganado el dudoso honor de encontrarse a la cabeza mundial de sobrepeso y obesidad, el mérito corresponde a toda nuestra sociedad, que ha inculcado unos hábitos alimentarios que acompañan un sedentarismo instaurado. Un alto consumo de alimentos densos en energía, productos de origen animal, bollería y bebidas azucaradas; todo ello, acompañado de un consumo escaso de frutas y verduras, ha dado lugar a esta situación.
A destacar, la ingesta en riesgo de vitaminas A, D, E y B6, y minerales como calcio y magnesio, especial atención merece el hierro en las niñas.
Es importante abordar este problema desde el mayor número de perspectivas y ámbitos posibles, haciendo que la coherencia escuela-jóvenes-familia vaya en el mismo sentido.
Riesgos alimentación adolescente:
Esta etapa se considera crítica en el desarrollo y crecimiento de las personas, se produce una aceleración global del crecimiento, se alcanza el final de la maduración psicológica conllevando el final del establecimiento del comportamiento alimentario
Es un momento de vulnerabilidad nutricional si no se lleva a cabo una adecuada alimentación, ya que se produce en la adolescencia un aumento de los requerimientos nutricionales, debidos principalmente a que el adolescente adquiere:
40-50% del peso definitivo.
25% de la talla adulta.
50% la masa esquelética.
Aumenta la masa muscular casi al doble.
Aumenta el volumen de los órganos y sangre.
Este incremento en el aporte que necesita el adolescente, se acompaña de la adquisición de hábitos alimentarios peculiares (no siempre adecuados) debidos a su mayor autonomía social. Como son la eliminación de algunas comidas, incremento de las ingestas fuera de casa, aumento del consumo de comida preparada y snacks, disminución del consumo de leche y aumento del de bebidas azucaradas. A veces se adhieren a un patrón de dieta especial, por influencias de modas y tendencias de consumo, que se acaban traduciendo en déficits de nutrientes como calcio, hierro, zinc y algunas vitaminas, tal y como pasaba en la infancia.
Recomendaciones de alimentación
Por estos motivos, a la hora de plantear la alimentación en niños y adolescentes es esencial tener en cuenta las siguientes premisas:
-Primar la variedad de los alimentos, garantizará una mejor predisposición a comer variado de adulto con unos hábitos alimentarios más abiertos.
-Distribuir las ingestas de manera adecuada, no dejando de lado el desayuno y haciendo de la merienda y la toma de media mañana una rutina indispensable.
-Dieta equilibrada que los haga partícipes del proceso alimentario, teniendo su rol de ayuda en la preparación, adquisición y presentación de los alimentos en casa.
-No abusar de la carne, especialmente las grasas visibles y embutidos.
-Las frutas y verduras deben ser un eje fundamental en la dieta del adolescente, y su rutina de consumo debe de ser entendida como una normalidad.
-Debemos adaptar las ingestas que tomen los chavales fuera de casa para que no sean incompatibles con una dieta saludable, no teniendo que recurrir necesariamente a los alimentos preparados.
-Fomentar la presencia de cereales integrales, legumbres, pescado y huevo en la dieta (frente a la carne, cereales refinados y bollería/pastelería).
-Usar el aceite de oliva como grasa culinaria principal.
-Limitar el consumo de pastelería, dulces, caramelos, chocolate fritos, salsas grasas y bebidas azucaradas así como evitar y prevenir del consumo de bebidas alcohólicas.
La alimentación juega un papel fundamental en el desarrollo del adolescente, y es importante ser rigurosos en la instauración de los hábitos alimentarios, ya que le influirán notablemente en su salud, tanto en el presente como cuando sea adulto.