1. El pan engorda, pero el pan tostado adelgaza.
No hay alimento que engorde o adelgace. Lo que “engorda” son las calorías que no se gastan, independientemente del tipo de alimento que las aporte. Hay alimentos más calóricos y menos, pero eso es todo. Por otro lado, el pan tostado y el “fresco” sólo se diferencian en su contenido en agua, y, por lo tanto, aportan las mismas calorías por 100 g.
2. La fruta después de comer engorda, pero antes no.
La fruta aporta las mismas calorías independientemente de que se ingiera sola o en combinación con otros alimentos. Lo que sucede es que si se ingiere antes de la comida principal, su aporte de fibra ayuda a aumentar la sensación de saciedad y la persona come menos cantidad de alimentos posteriormente.
3. El aceite de oliva virgen no aporta calorías.
Todas las grasas aportan la misma cantidad de calorías por gramo, 9 Kcal, procedan de grasas animales o vegetales. Lo que sí es diferente es su efecto sobre los niveles de lípidos sanguíneos y el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular. Así, el aceite de oliva es más cardiosaludable, al tener más cantidad de ácido oleico y aumentar el colesterol “bueno” en nuestro organismo, pero el aporte calórico es siempre equivalente.
4. Beber mucha agua engorda.
Al contrario, el agua es un elemento fundamental para la vida, tonifica la piel y mejora el aparato digestivo. Las recomendaciones están en 1 ml de agua/ Kcal ingeridas de alimento.
5. Al tostar el pan se pierden hidratos de carbono.
El tratamiento culinario que se le hace al pan no modifica su cantidad de hidratos de carbono.
6. Las espinacas tienen mucho hierro.
El origen de esta equivocación está en un error de transcripción por parte de la secretaria del científico J. Alexander, que multiplicó por 10 la cantidad hierro al olvidar una coma (garbanzos y lentejas tienen más). También contienen un componente, el ácido oxálico que impide la absorción del calcio, por tanto cuidado con un consumo en exceso porque puede interferir la fijación del calcio al hueso. No obstante, las espinacas son ricas en vitaminas A y E, yodo y antioxidantes, por lo que sigue siendo aconsejable su consumo.