Los peligros de la ortorexia

Un trastorno alimenticio cada vez más creciente


La ortorexia es uno de los tantos trastornos alimenticios que existen. En este caso, se trata de la obsesión por llevar una alimentación sana, sin transgénicos y ese tipo de cosas, que puede derivar en un déficit de sustancias esenciales en el organismo. Conoce más acerca de sus peligros.

La alimentación está cambiando, se han introducido productos genéticamente modificados, transgénicos, ecológicos. La oferta es muy extensa. Pero, el exceso de información no siempre es suficientemente claro, o esta información no está debidamente contrastada y provoca que algunas personas prefieran una alimentación que puede ser más dañina que sana, llegando incluso a desarrollar enfermedades graves como la anorexia y la bulimia.

La ortorexia es un trastorno de la conducta alimentaria que consiste en la obsesión por la comida sana. Quienes la sufren, pretenden una dieta que prescinde de la carne, las grasas, los alimentos cultivados con productos químicos y sustancias artificiales que pueden perjudicar el cuerpo. Quienes la padecen son tan exigentes que se culpan cuando no lo cumplen y se castigan con dietas y ayunos todavía más rigurosos.

Puede provocar carencias nutricionales. La persona ortoréxica no sustituye los alimentos que rechaza por otros que puedan aportarle los mismos complementos nutricionales. Esto se convierte en anemia, carencias vitamínicas o de oligoelementos y falta de energía.

El término ortorexia proviene del griego orthos (justo, recto) y exía (apetencia), lo que traducido puede definirse como apetito justo o correcto.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la ortorexia afecta, hoy en día, al 28 por ciento de la población de los países occidentales y su prevalencia podría aumentar en poco tiempo, ya que la sociedad actual tiende a los extremos y las personas o se cuidan en exceso o no se cuidan nada y van a la autodestrucción con comida que provoca la obesidad.

Las personas que la sufren solo se preocupan de lo que comen, la comida es el centro de su ideología y de su vida. El cuidado llega al extremo de cuidar los recipientes en que los cocinan, por lo que terminan haciendo de la comida todo un ritual. En casos extremos esas personas no comen fuera de casa, ni con los amigos, por aprensión a que contaminen su comida con algún producto no apto para su consumo y son capaces de quedarse sin comer si no están seguros de lo que van a ingerir. Su obsesión por comer sano va más allá y se preocupan incluso por la forma de preparación de sus alimentos.

“Todos nos preocupamos por comer alimentos sanos, pero cuando ese comportamiento normal pasa a convertirse en una obsesión que entrañe peligros para la salud ya pasa a calificarse como ortorexia”.

La ortorexia, la padecen personas muy estrictas, controladas y exigentes consigo mismas y con los demás. Su personalidad es intransigente, todo o nada. Las mujeres, adolescentes y quienes practican deportes como el culturismo o el atletismo son más sensibles al valor nutritivo de los alimentos y su resultado sobre la imagen corporal.

Son fundamentales tanto la prevención como en el diagnóstico precoz, ya que cuanto antes se diagnostica, mejor es el pronóstico de la enfermedad.

También se han de reformar los hábitos alimentarios, haciendo que la dieta sea completa, equilibrada y repartida durante el día. Los alimentos deben administrarse de acuerdo a lo que la persona come habitualmente, aumentando su variedad y cantidad según su tolerancia y evolución, por lo que su motivación y su disposición para aceptar las orientaciones dietéticas son esenciales. La introducción de alimentos inicialmente rechazados debe realizarse progresivamente.