Los trastornos del sueño son un amplio grupo de padecimientos que afectan el desarrollo normal y habitual del ciclo sueño-vigilia. Su importancia viene determinada por como interfieren con el funcionamiento físico, mental y emocional.
La mayoría de estos trastornos tienen un origen psicológico. El hecho de dormir demasiado poco o dormir mal constituye, en muchos casos, el síntoma de una depresión. Otros trastornos tienen un origen neurológico.
Este es el caso de trastornos que están asociados a una alteración del sistema nervioso central, como pueden ser algunas formas de hipersomnia, de parasomnia y, con menos frecuencia que las anteriores, de insomnio.
Entre los trastornos del sueño se distinguen la somnolencia durante el día, el síndrome de Gélineau, el síndrome de Kleine-Levin, la hipersonmnia idiopatica, la hipersomnia recurrente y el insomnio idiopático.
La somnolencia durante el día es la forma más habitual de hipersomnia. Este trastorno se caracteriza por una somnolencia más o menos permanente. El paciente se queja de no estar nunca verdaderamente despierto o de estarlo en muy pocas ocasiones.
Duerme largos periodos durante el día y, cuando se despierta, se encuentra en un estado de somnolencia aún más evidente, en algunos casos, que incluso antes de dormirse. De este modo el paciente experimenta este sueño como no reparador.
Por la noche, duerme largo tiempo y se despierta tarde y con dificultad. El paciente tiene la impresión de funcionar “con radar”, piensa y habla lentamente. A veces, su conducta resulta inadecuada.
Los pacientes que, dentro de los trastornos del sueño, experimentan la somnolencia durante el día, también pueden sufrir otros síntomas, además de los ya descritos, como complementarios, se trata de dolores de cabeza o accesos de calor.
El tratamiento consiste en la administarción de medicamentos, derivados de las anfetaminas, que aumentan la vigilia durante el día. Este tratamiento debe ser prescrito bajo un estricto control médico.
Esto es debido a los riesgos inherentes a la utilización inadecuada de este tratamiento, así como a los eventuales efectos secundarios que se pueden presentar en pacientes sometidos a la ingesta de estos medicamentos.
Estos efectos secundarios del tratamiento de la somnolencia durante el día se concretan, entre otros, en tolerancia, habituación, insomnio, convulsiones, trastornos psiquiátricos que pueden llegar a ser agudos, etc.
Estos trastornos del sueño en ocasiones son aviso de una patología más grave, y en el caso de la somnolencia durante el día puede ser debida, en ocasiones, a una enfermedad pulmonar crónica que requiere un tratamiento específico.
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